Los amantes de la lírica encontrarán en el Hotel Mercurio 3 estrellas, un hotel en Venecia cerca del Puente de Rialto y del Teatro La Fenice una solución ideal para una estancia cultural en Venecia.
Este hotel de Venecia, ubicado en el casco antiguo, cerca del Puente de Rialto y del Teatro La Fenice, muy cerca de la Catedral, de la Plaza San Marcos y de las exposiciones de Palazzo Grassi. A sólo cinco minutos caminando, los amantes de las maravillas artísticas de Venecia podrán explorar todos los rincones de la ciudad saliendo del Hotel Mercurio.
Con la via XXII marzo a pocos pasos del hotel, los incondicionales de las compras podrán disfrutar de las tiendas y boutiques más aclamadas.
En las cercanías, el gótico Palacio Contarini dal Bovolo, del siglo XV, es conocido por su característica escalera a bòvolo ("de caracol").
La cercana Iglesia de S.Moisè se caracteriza por su elaborada fachada barroca y por el campanario de estilo veneciano del siglo XIV con su aguja de cerámica. En su interior, en el altar mayor, una escultura representa el Monte Sinaí, a donde trepó Moisés para recibir las Tablas de la Ley. Allí se encuentran, además, algunos cuadros de los siglos diecisiete y dieciocho, como la Lavanda dei piedi de Tintoretto. No puede dejar de mencionarse el órgano de la pared de entrada, construido en el siglo XVIII, que representa escenas de la historia de Moisés.
Desde aquí, bastan unos cien metros para asombrarse ante la belleza de la Plaza de San Marcos, con la imponente Basílica y el Palacio Ducal Estos magníficos monumentos, que el Hotel Mercurio aconseja vivamente visitar, representan una fascinante compendio de siglos de historia, arte, testimonios del poder civil y religioso de Venecia en sus tiempos de máximo esplendor.
Desde San Marcos salen las excursiones que llevan a las islas de Murano, Burano y Torcello. En Murano, templo de la cristalería artística, no deje de visitar el Museo Vetrario (Museo del Vidrio) y las fábricas, que ofrecen un recorrido por sus talleres. Burano es preciosa por el típico colorido de sus casas y por la producción de encajes. Torcello, isla que en su época bullía de actividad comercial y que hoy es idilíaca morada de pocas decenas de habitantes, es una visita obligada, por los testimonios de antiguos asentamientos, como la basílica y el museo, que conserva valiosas piezas paleocristianas, de la alta edad media y del medioevo.